CUIDANDO A MI MADRE
A toro pasado, a escasos días de la pasada celebración del “Día de la Madre”, reflexiono como hijo y me pregunto: ¿cuántos pendientes y pulseras le habré regalado por espacio de los 43 años que llevo vividos?
Trabajo en asuntos relacionados en seguridad desde hace más de 25 años y ahora caigo en la cuenta en que jamás, le he regalado a mi madre un Sistema de Seguridad.
Mi madre, de 75 años, tiene lógicamente mermadas sus capacidades psicomotrices, las cuales, de forma natural seguirán decreciendo con el paso de los años.
Vive sola tras el fallecimiento de mi padre y a 500 km de sus hijos, sin que por ello, dejemos de saber de ella, a través del teléfono diariamente.
Cocina, y ahora que no me oye mi esposa, infinitamente mejor que su hija, nuera, en definitiva, las chicas de mi generación.
Quiero cuidar a mi madre y no ha sido hasta hoy, cuando he decidido diseñarle un sistema de seguridad para implantarlo en su piso, basado en la simpleza de protegerla ante intrusos, ante incendio y ante inundación.
Su piso, un cómodo bajo, se encuentra en una localidad riojana donde la tasa de criminalidad es ciertamente baja. Adolece de rejas, verjas y la accesibilidad desde el exterior es fácil, aunque hasta hoy, no han sufrido robos.
No obstante, le instalaré un detector que le defienda de potenciales ataques desde el acceso principal a su piso, así como desde la calle a través del patio.
Me preocupa también que mientras cocina esos maravillosos platos, se olvide del fuego y se origine un incendio, por lo que instalaré un detector de humos.
Me intranquiliza que pueda tener fugas de agua en el baño y en la cocina principalmente, por lo que le instalaré un detector de humedad.
Y especialmente me angustia, que pueda caerse y que su hijo, a 500 km de ella, no conozca este extremo, hasta la llamada telefónica del día posterior, por lo que le regalaré un pulsador de emergencia, conectado con la Central Receptora de Alarmas de SABICO SEGURIDAD.
No hay mejor inversión que la que voy a hacer, pues para mí, mi madre, es el mayor activo, junto a mi mujer e hija, que debo proteger.
A una madre se la quiere
siempre con igual cariño
y a cualquier edad se es niño
cuando una madre se muere.
José María Pemán
Entrada publicada por Sabico Seguridad, , el 07/05/2013 a las 15:18